La actual situación de crisis económica ha provocado que muchos jóvenes permanezcan bajo el techo de sus padres durante más años. En la mayoría de casos, estos continúan con su formación académica para ampliar sus expectativas laborales; pero no siempre es así. Es el caso de Julen Rebanal, un chico de 25 años que, tras muchos años de estudio y grados realizados, tomó la iniciativa de abrir un negocio al no encontrar ninguna oferta de trabajo por cuenta ajena.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Julen tiene una tienda de artículos para mascotas. Sabía que quería dedicarse a algo que le gustase, pero también tenía claro que tendría que adaptarse a las condiciones del mercado. Esto fue lo que le llevó a realizar un estudio de mercado, dado que tenía que encontrar una necesidad sin satisfacer entre los habitantes de Cotolino, en Castro-Urdiales. Una de las primeras opciones que contempló fue la de abrir una tienda de informática, “además de que había hecho un grado en informática, me gustan los productos tecnológicos y lo consideraba una opción viable”, nos cuenta Julen. Sin embargo, enseguida tuvo que desprenderse de esta idea porque ya había en el mismo barrio un local de estas características.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La siguiente opción fue la tienda de artículos para mascotas. “Me gustan los animales y además me di cuenta de que en Castro-Urdiales son muchas las personas que tienen perro”, afirma Julen. Tras acudir al censo del ayuntamiento para ver el número de animales registrados, Julen vio que era especialmente alto en comparación a otras localidades de Cantabria: “vi la oportunidad de negocio”, afirmaba.

 

¿Hace cuánto abriste la tienda?

A finales de agosto de este año. Me retrasé en la apertura debido a la lentitud en la concesión de licencias, quise haber abierto un poco antes pero la burocracia es así.

 

¿Qué fue lo que te llevó a abrir la tienda?

A pesar de buscar trabajo nunca encontraba nada, lo que me llevaba a seguir estudiando, pero ya he hecho muchos grados y cursos y las expectativas laborales no parecían mejorar.

 

¿Supone mucho esfuerzo abrir un negocio?

Supone una inversión económica importante, además tienes que estar preparado por si las cosas no salen bien. Comienzas con mucha ilusión y ganas, pero enseguida te das cuenta de que te falta dinero y la Administración no te ayuda o que la concesión de licencias es muy lenta y para cuando te han aceptado todo ya casi se te han ido las ganas de abrir el local.

 

Con lo que sabes a día de hoy, si volvieras atrás en el tiempo, ¿Abrirías igualmente el negocio?

Sí, pero no haría las cosas como las he hecho. Me avisaron de muchas cosas a las que no presté atención; fui muy ingenuo. He tenido problemas de todo tipo, incluso con proveedores, y todo ello me ha llevado a perder dinero pero hay que seguir adelante.

 

¿Qué aconsejarías a quien quiera emprender hoy en día?

Que se lo piense mucho y que lo estudie bien. Las ganas siempre están ahí y aunque hay que ser optimista siempre te encuentras con la realidad, que es dura. Emprender es como tirarse a la piscina: el agua puede estar fría o caliente, pero también puede estar vacía y te puedes llevar el golpe. Hay que contemplar todas las opciones, estudiarlas, ver los apoyos y recursos de los que se dispone y, sobre todo, una alta tasa de frustración. En mi caso y aunque llevo poco tiempo consigo reunir el suficiente dinero a final de mes para ir tirando, pero al principio son todo pérdidas. Contaba con el apoyo del Gobierno a emprendedores, pero las ayudas son ridículas y cualquier banco te mejora las condiciones, aunque sabes que luego estás atado.

 

Con todo esto, Julen sigue adelante con el negocio y no se desanima a pesar de las adversidades con las que en ocasiones se tiene que enfrentar. Aunque no tiene expectativas de abrir nuevos locales a largo plazo, si que quiere ampliar los servicios que ofrece respecto ahora. Lo que Julen tiene claro es que, quien algo quiere, algo le cuesta.